Joven caballero en un paisaje muestra uno de los primeros ejemplos de retrato de cuerpo entero de la pintura europea. Esta obra de Carpaccio, firmada y fechada en el cartellino a la derecha, estuvo atribuida hasta 1919 a Durero. En cuanto a la identidad del personaje existen numerosas hipótesis. La divisa Malo mori quam foedari (antes morir que contaminarse) que aparece junto al armiño podría indicar que se trata de un caballero de la orden del Armiño. Sin embargo, la tesis generalmente más aceptada es la identificación del personaje con Francesco Maria della Rovere, III duque de Urbino. El paisaje en el que aparece el joven, con armadura y a punto de desenvainar la espada, es tan inquietante como él, pues describe con gran minuciosidad ejemplos de la flora y la fauna alusivos al bien y al mal.
El lienzo está firmado y fechado en el cartellino que aparece prendido de una rama a nuestra derecha: «VICTOR CARPATHIUS / FINXIT / M.D.X.». En el lado opuesto aparece otra inscripción entre la vegetación: «MALO MORI / QUAM / FOEDARI». La obra procede de la colección Vernon-Wentworth en Yorkshire, donde permaneció hasta 1919. Durante el siglo pasado estuvo atribuida a Durero, debido a que en la superficie figuraba el monograma falso de este artista alemán y a que los cartelinos con las dos inscripciones estaban ocultos por repintes. Seguramente en la atribución del cuadro a Durero tendría mucho que ver la minuciosidad con que están detalladas la flora y la fauna del paisaje. El monograma postizo se retiró cuando el lienzo fue propiedad del marchante londinense Sully. Vasari, en su Vidas, dedica a «Vittore Scarpaccia» pocas líneas, compartiendo capítulo con otros pintores activos en el norte de Italia. De Carpaccio tan sólo menciona dos obras: el ciclo de santa Úrsula, pintado para la Scuola de la santa, hoy en la Galleria dell’Accademia de Venecia, y una tabla con san Ambrosio para los frailes Menores, atribuida por Vasari, por error, al pintor veneciano y del que reconocía que sin ser uno «de los grandes y altos genios, sí era diestro y experto maestro». Respecto a la identidad del personaje, la primera que se le dio fue la de san Eustaquio, título con el que figuró el cuadro en el catálogo de la subasta celebrada en Christie’s en noviembre de 1919, en la que, pese a que las inscripciones seguían tapadas por los repintes, el lienzo se atribuyó correctamente a Carpaccio. La base para la identificación con este santo, popular en Francia y Alemania, se hallaba en el ciervo que aparece junto al lago (recuérdese que entre los atributos de este bienaventurado se encuentra la cabeza de un ciervo cruciforme). Posteriormente la obra pasó a la colección del americano Otto H.Kahn, siendo adquirida en 1935 por el barón Heinrich Thyssen- Bornemisza. En 1958, y dado el estado en que se encontraba, el lienzo tuvo que ser intervenido, descubriéndose entonces durante el proceso de limpieza las inscripciones con la firma, fecha y leyenda. La documentación fotográfica del óleo, antes y después de la restauración, fue publicada por Lauts en su monografía sobre el artista de 1962. En cuanto a los intentos que se han hecho para desvelar la identidad de este joven caballero armado han sido hasta el momento poco fructíferos. Helen Comstock propuso a un miembro de la orden del Armiño. La divisa Malo mori quam foedari(Antes morir que contaminarse) era, en efecto, la de la orden del Armiño, y junto alcartellino que la ostenta en el cuadro puede verse una imagen del animal. En 1983,Agathe Rona retomó esa línea, proponiendo como modelo a Fernando II de Aragón, ya que la orden del Armiño había estado vinculada a la rama napolitana de la casa de Aragón. Sin embargo, en 1963,Weiss identificó al retratado, en el catálogo de la exposición monográfica dedicada al pintor en Venecia, como el tercer duque de Urbino, Francesco Maria della Rovere. Esta tesis, que ha sido la más generalmente aceptada, sería desarrollada posteriormente por Rosenbaum, quien puso a Francesco Maria en correlación con el paisaje a través de la lectura simbólica de varios de sus componentes. De todos modos esta identificación está lejos de ser concluyente. Otros estudios han identificado al joven de muy diversas maneras: un príncipe de la casa de Habsburgo, Antonio de Montefeltro (considerándolo un retrato póstumo), un militar alemán al servicio de la Señoría, o Rolando de Ragusa. Por su parte,Venturi interpreta el cuadro como resultado de una fantasía caballeresca. En el caso de que se trate, efectivamente, de un retrato, nos hallaríamos ante el primer ejemplo conocido en el que el cliente posa de cuerpo entero. La teoría que se ha barajado para explicar este nuevo formato es que tal vez nuestra pintura se trate del retrato póstumo de un guerrero, encajando, de esta manera, la figura con el tipo de imágenes funerarias adoptadas en estos casos. En cuanto al paisaje que acompaña a este enigmático joven resulta tan inquietante y misterioso como él, ya que en su superficie se contraponen en la flora y en la fauna signos alusivos al bien y al mal, a la pureza y a la corrupción.