Esta estampa es el capítulo 2 de Cincuenta y cuatro capítulos del Genji.
Genji había sido casado con la dama Aoi. El matrimonio entre las clases altas niponas era siempre de conveniencia y tener concubinas o amantes era una práctica frecuente. Genji, como donjuán, cortejaba a cualquier mujer que le resultara interesante. Un día le llamó la atención una humilde casa en cuya valla había unas flores parecidas a las de las calabazas, que se denominan yūgao. Amablemente, una sirvienta de la casa ofreció al criado de Genji algunas de estas flores en un abanico. Genji comprobó después que el abanico tenía un poema de la dama de la casa que decía que estas flores son más bellas con el rocío de la noche. Genji no desaprovecha la ocasión y enseguida compone este poema como respuesta, con el fin de tener una cita amorosa con esta misteriosa mujer, a la que en el Genji Monogatari se nombra con el nombre de la flor, Yūgao.
Déjame que vaya,
flor crepuscular,
a contemplarte
y así poder confirmar
tu belleza de anoche
David Almazán. Exposición "Estampas del príncipe Genji", Red Itiner 2023
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