Daga ritual ("phur-pa") utilizada en el Budismo Vajarayâna o Tántrico para marcar espacios sagrados y para desviar a los malos espíritus. Hay noticias del uso de este tipo de objetos en el Tíbet desde el s. VIII. Simboliza a la propia divinidad sin necesidad de que esté representada y se asocia a un día de la semana (jueves) y a un planeta (Júpiter).
Está realizada con una aleación de cobre con diferentes metales que tienen la propiedad de mantener alejados a los malos espíritus. Está formada por varias partes ensambladas: la parte superior, con tres cabezas rematadas con una corona que representan los tres aspectos básicos del mundo (alegría, disgusto y ecuanimidad); la parte central, formada por un "vajra" o cetro, objeto ritual de gran importancia en el budismo tántrico, y el extremo inferior, consistente en un cuchillo de triple hoja que simboliza el fuego de la sabiduría que consume y aniquila a todos los demonios, representando sus tres lados las tres virtudes -caridad, castidad y paciencia-, con las que es posible destruir a los tres vicios -odio, pereza y codicia-, y que sale de la boca abierta de un monstruo acuático ("makara").
Los sacerdotes utilizan este tipo de dagas en determinadas ceremonias de iniciación, como la de marcar el centro del mandala, diagrama que simboliza los recintos sagrados del Budismo. Se cree también que tocarlos protege de los malos espíritus y se utiliza también para conjurar y matar malos espíritus. Su uso está reservado a los sacerdotes iniciados, pues una manipulación inadecuada puede acarrear malas consecuencias.