Jean-Jacques Rousseau fue un polímata suizo francófono. Fue a la vez escritor, pedagogo, filósofo, músico, botánico y naturalista, y aunque fue definido como un ilustrado, presentó profundas contradicciones que lo separaron de los principales representantes de la Ilustración, ganándose por ejemplo la feroz inquina de Voltaire y siendo considerado uno de los primeros escritores del prerromanticismo.
Sus ideas imprimieron un giro copernicano a la pedagogía centrándola en la evolución natural del niño y en materias directas y prácticas, y sus ideas políticas influyeron en gran medida en la Revolución francesa y en el desarrollo de las teorías republicanas.
Fue crítico con el pensamiento político y filosófico desarrollado por Hobbes y Locke. Para él, los sistemas políticos basados en la interdependencia económica y el interés propio conducen a la desigualdad, el egoísmo y, en última instancia, a la sociedad burguesa. Incorporó a la filosofía política conceptos incipientes como el de voluntad general y alienación.