Alicia de Battenberg, después de su matrimonio, Alicia de Grecia y Dinamarca, fue una princesa hesiana por nacimiento, así como de los reinos de Grecia y Dinamarca tras su matrimonio con el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca en 1903.
Fue la madre del príncipe Felipe, duque de Edimburgo y, por tanto, suegra de la reina Isabel II del Reino Unido. Padeció sordera congénita. Su infancia se desarrolló entre Alemania, Inglaterra y el Mediterráneo, siguiendo los destinos de su padre, oficial naval. Después de casarse, vivió en Grecia hasta 1917, cuando la mayor parte de la familia real griega marchó al exilio. Al retornar pocos años después, su marido fue culpado en parte por la derrota de Grecia en la Guerra greco-turca y la familia se vio forzada de nuevo a exiliarse hasta la restauración de la monarquía griega en 1935.
Se le diagnosticó esquizofrenia en 1930, por lo que fue internada en un sanatorio y a su regreso vivió separada de su marido. Después de su recuperación, dedicó con devoción la mayor parte del resto de su vida al trabajo de caridad en Grecia.