Sardanápalo fue, según algunas fuentes bibliográficas, el último rey de Asiria, aunque en realidad esta distinción pertenece a Ashur-uballit II. Supuestamente vivió en el siglo VII a. C. y es retratado como una figura decadente que pasa su vida en autocomplacencia y muere en una orgía. Se creía que Sardanápalo era el nombre dado en griego a Asurbanipal, pero hoy se sabe que no son la misma persona, pues este era de carácter completamente opuesto: un gobernante académico, altamente eficiente y militarmente poderoso. Su figura fue un tema recurrente en la literatura y el arte del romanticismo.