La Guerra de Escania, parte de las guerras del Norte, se libró de 1675 a 1679 entre el Reino de Dinamarca y Noruega, Brandeburgo y Suecia. El conflicto se disputó principalmente en Escania, en las antiguas provincias danesas a lo largo de la frontera sueco-danesa. Mientras que las batallas en tierras alemanas son vistas como un teatro de la guerra escanesa en la historiografías inglesa, danesa y sueca, en la alemana se consideran una guerra diferente, llamada guerra sueca-brandeburguesa.
La guerra fue propiciada por la intervención sueca en la guerra franco-neerlandesa. Suecia se había coligado con Francia contra varios países europeos. Las Provincias Unidas, al ser atacadas por Francia, buscaron el apoyo del Reino de Dinamarca y Noruega. Tras titubear, el rey Cristián V de Dinamarca acometió la invasión de Escania en 1675, mientras los suecos se encontraban enfrascados en una guerra contra Brandeburgo. A la invasión de Escania se sumó un ataque simultáneo noruego, denominado la guerra de Gyldenløve, que obligó a los suecos a librar una contienda en dos frentes, además de tener que sostener sus campañas en el Sacro Imperio Romano Germánico.