De AMIA Comunidad Judia
AMIA Comunidad Judía en Argentina
Esta muestra, dividida en cuatro exposiciones, da cuenta de la multifacética trayectoria judía urbana por la Ciudad de Buenos Aires. Recorriendo sus calles encontramos hitos concretos y testimonios etéreos de su presencia, una historia que se sigue escribiendo.
Si bien fueron muchos los barrios en los que se instalaron los inmigrantes judíos y sus descendientes, son siete en particular los más representativos. Desde el primero en la Plaza Lavalle de fines del siglo XIX, con el correr del tiempo su recorrido se extendió por Once, Boca-Barracas, Villa Crespo y Flores hasta llegar a los más contemporáneos barrios de Palermo y Belgrano.
Esta unidad que refiere al barrio del “Once” se completa con otras tres exposiciones: El primer barrio Entre knishes y burekas Sitios de memoria y reconocimiento
El barrio del "Once"
El crecimiento de la población en la ciudad y las modificaciones urbanas de la época hicieron que para 1910 la presencia judía comenzara a trasladarse de este a oeste, hacia el barrio popularmente llamado “Once”, denominado así por la Terminal de trenes 11 de Septiembre que allí funcionaba.
Bajo nubes de pelliza gris
amanece lento en Plaza Once.
Los que dormitan solitarios,
acurrucados sobre bancos de noche y de piedra
detestan el verdoso resplandor de las lámparas
en las ramas agitadas por el viento.
Ellos detestan el día.
Fragmento del poema "Amanecer en Plaza Once" de Kehos Kliguer.
Traducción del ídish Perla Sneh.
La calle Corrientes se transformó en "la calle judía". Entre Córdoba y Pueyrredón al norte y al oeste, y Callao y Rivadavia al sur y al este se fue constituyendo el centro de la vida judía porteña. En una manzana cualquiera cabían, lado a lado, los distintos matices de la cultura y de la religión tanto para los ashkenazíes provenientes de Europa Oriental como para los sefaradíes de Medio Oriente.
Jevra KedushaAMIA Comunidad Judia
En la intensa efervescencia de "la calle judía”, en 1894, se instaló sobre Pasteur al 600 la sede de la AMIA, en ese entonces denominada Jevrá Kedushá (La Sociedad de Entierros). En su trayectoria más que centenaria se destacó como la institución señera de la comunidad por su accionar en el campo de la solidaridad social, cultural y educativa.
Israel: el sueño hecho realidad
La sensación de catarsis colectiva inundó las calles del barrio cuando se proclamó la independencia del Estado de Israel. Y cuando, siete meses más tarde, fue reconocido oficialmente por el Gobierno de la Nación Argentina.
El 17 de febrero de 1949, presidí, como Oficial de Enlace, una ceremonia pública, celebratoria del reconocimiento argentino del Estado de Israel, que tuvo lugar en la sede de la Oficialía de Enlace, situada en la calle Larrea Nº 744, y en cuyo transcurso enarbolé, junto a la bandera argentina, la bandera israelí.
Fragmento del texto del poeta Carlos M. Grünberg en la Revista Davar.
La fisionomía del barrio cambió con el surgimiento de sinagogas, escuelas, centros sociales y asistenciales, teatros, redacciones periodísticas, bibliotecas, librerías, restaurantes y clubes socio-deportivos.
Con la estrecha convivencia de las familias judías, se fueron creando en el mismo barrio todas las instituciones y espacios que podrían complementar su vida cotidiana y sus momentos de distensión.
Toca para ver
A menudo, en la madrugada, después de un día de identificación honda con la universal vida cristiana de la metrópoli y del país, siento una morbosa necesidad de gueto. Es cuando me sumerjo en el café de Corrientes, donde, entre el disturbio de los vasos de té y los pleitos del barrio, contemplo la traslación aluvional de ese mundo fabuloso y extraño. La misteriosa atracción de la judeidad se satisface en mí como si regresara de un viaje a Varsovia, a Bucarest, a Odesa.
Fragmento del texto "Scholem Aleijem" de Alberto Gerchunoff.
Un halo que el Once sin duda dejará en la historia es su combinación en el bullicio del comercio y el silencio de las calles sembradas de sinagogas. Lo que a mí me gusta es que esos dos climas no son excluyentes, sino complementarios. Los negocios y la religión no van separados en la tradición judía: el hombre debe trabajar y comerciar para vivir, y la religión le brinda la base ética y las reglas para que los negocios sean en mercancía y no en sangre, con palabras y no con golpes, con límites y no con rapiña.
Texto de Marcelo Birmajer extraído del libro El Once un recorrido personal.
Sabores de mi barrio
Las confiterías y bares fueron ámbitos donde supo florecer la bohemia judía porteña y los entrañables sabores de la tradición. El "Bar Internacional" de León Paley sobre Av. Corrientes 2317, la famosa "Confitería Comercial" de Don Alter Karpovsky ubicada en Av. Corrientes entre Junín y Uriburu, o la fiambrería de Mendel Szmedra, en la calle Uriburu entre Lavalle y Tucumán, forman parte de la leyenda de la calle judía porteña que vive en el recuerdo de todos los que tuvieron el privilegio de disfrutarla o de escuchar acerca de ellas.
En el pasillo, grupos compactos conversan animadamente de pie, como en el vestíbulo de un teatro. La cajera, desde el fondo del salón, llama a gritos a los comensales reclamados por teléfono. ¡En familia! Los vahos, los susurros, las palabras en ídish, el cascabeleo de cubiertos y copas, envuelven al visitante de nuestra confitería en recuerdos lejanos, indefinibles.
Texto extraído de Los rebeldes y los perplejos de Samuel Pecar.
La Prensa judía
Para los inmigrantes judíos, la prensa escrita fue durante varias décadas una de las más eficaces formas de compartir información, crear pertenencia y reflejar la intensidad y diversidad de la vida comunitaria. Las más importantes redacciones nacieron en el Once.
El periodismo judío fue muy prolífico en sus alcances. Tanto las expresiones ideológicas, temáticas como las lingüísticas hicieron que más de 400 publicaciones, en sus diferentes formatos, hayan salido a la luz a lo largo de más de un siglo y medio de existencia.
Toca para ver
En Corrientes y Pueyrredón se puede encontrar la Librería Sigal, fundadada en 1930 y declarada “Librería de valor patrimonial” por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el año 2003.
Los Teatros
A principios del siglo XX, el teatro ídish fue uno de los ámbitos más concurridos de la comunidad. Con la mayoría de las salas en el Once, convocaba masivamente a disfrutar del repertorio de obras de temática judía y de la literatura universal interpretadas en su lengua materna. La frecuente participación de actores de renombre internacional generaba un lleno total en la Avenida Corrientes en los teatros Excelcior, Ombú, IFT y Soleil.
Teatro Soleil de Manrique Zago EdicionesAMIA Comunidad Judia
Del barrio fue también el “Gardel Judío” Jevel Katz, que vivió y murió en la calle Paso al 600. Velado en la Sociedad de Actores Judíos, una conmovedora multitud se reunió a rendirle homenaje. Dijeron los diarios que fue la mayor expresión colectiva de dolor después de la provocada por la muerte de Carlos Gardel, cinco años antes. En sus diez años de carrera porteña escribió y musicalizó unas 500 piezas lírico-musicales de la vida judía en Buenos Aires.
Si andan por Corrientes tiendas judías sin fin cafés llenos de gente como seguidores de un Rabí jugando dominó y dados disfruta la gente allí hay muchos más comerciantes que clientes, unos pocos banquitos y demasiados presidentes se vota, se arman listas y pelean como mujeres...
Fragmento de la canción "Vi kshidim baym Rebn" ("Como seguidores de un Rabí") de Jevel Katz. Traducción del ídish Eliahu Toker.
Trágicos momentos
La vida en el barrio no estuvo exenta de momentos duros y dolorosos. En enero de 1919, durante la llamada “Semana Trágica”, el Once fue uno de los principales escenarios de la barbarie ocurrida en Buenos Aires. Una huelga obrera reprimida violentamente alentó el accionar de grupos parapoliciales que con particular odio persiguieron a los judíos. El barrio se tiñó de muerte, hogares e instituciones judías sufrieron violentos ataques.
En el densamente poblado y multifacético Once existieron en sus calles locales de prostitución, algunos de ellos de rufianes judíos. El coraje de Raquel Liberman que denunció ante la policía a esta siniestra organización y el rechazo comunitario lograron su castigo y disolución.
En Varsovia, siendo chico, había escuchado a menudo escalofriantes relatos acerca de Buenos Aires. Que pequeños coches andaban por la calles de Varsovia atrapando muchachas. Un rufián atraía con engaños a una chica pobre o a una huérfana, la llevaba a un sótano y trataba de pervertirla con promesas, con joyas baratas, y si no aceptaba ser prostituida la golpeaban […] Ahora Varsovia está en ruinas y yo estoy en Buenos Aires, precisamente en el barrio donde estas desventuras tuvieron lugar.
Fragmento del cuento “Hanka” de Isaac Bashevis Singer.
Tampoco las calles del barrio fueron indiferentes a la presencia de la ideología nazi en sectores de la sociedad y a las acciones antisemitas de grupos nacionalistas.
El régimen que tras el golpe militar de 1976 asumió el poder y realizó secuestros y desapariciones de miles de personas impuso especial violencia en el tratamiento de detenidos judíos. Expresamente perseguidos por su condición de judíos, fueron torturados con mayor saña y crudeza utilizando símbolos y consignas nazis en los interrogatorios.
Atentado a la AMIA (1994) de Centro Marc TurkowAMIA Comunidad Judia
18 de julio de 1994, 9:53 horas
El 18 de julio de 1994 la totalidad del edificio de la AMIA fue destruido por un ataque terrorista, con el fatídico saldo de 85 muertos y cientos de heridos.
Reinaugurado su edificio en 1999, la AMIA continúa promoviendo activamente la continuidad de la vida judía en el país e impulsando una convivencia pluralista como parte integrante de la sociedad argentina.
La explosión generó la presencia de una nueva figura en la arquitectónica urbana: los pilotes. Por motivos de seguridad y por disposición oficial, cada institución judía, en todos los barrios de la ciudad y en todo el país, tuvo que proteger el frente de su sede con diferentes tipos de defensas. Desde entonces, aquello que se pensó que iba a ser temporario se incorporó al paisaje de la ciudad como una triste marca indeleble que evidencia la falta de justicia en la resolución del atentado.
A escasas cuadras de distancia se produjeron tres tragedias que conmocionaron a la sociedad. Tres heridas que Impactaron en forma determinante y son recordadas con emotivos homenajes: el Atentado a la AMIA, el incendio en el boliche República Cromañón y la Tragedia en la estación de trenes de Once.
El entramado de una gran urbe como es la Ciudad de Buenos Aires va cambiando. Algunos sitios permanecen con su fisonomía casi intacta, dando un testimonio privilegiado del paso del tiempo. Otros sin embargo, aparecen transformados, haciendo que sólo las fotografías o la imaginación nos permitan apreciarlos en toda su dimensión. Y también están aquellos nuevos espacios urbanos que se suman, con su propia impronta, a una historia de siglos.
Hoy en día la comunidad judía argentina es la sexta en importancia en el mundo. Y a través de sus múltiples instituciones aporta su mejor esfuerzo a la construcción del país y al fortalecimiento de la sociedad.
Curaduría y textos — Ana E. Weinstein, Directora del Centro de Documentación e Información sobre Judaísmo Argentino "Marc Turkow", AMIA
Asistente de curaduría y producción digital — Gabriel Feldman, Asistente del Centro de Documentación e Información sobre Judaísmo Argentino "Marc Turkow", AMIA
Asesor — Gabriel Scherman, Director del Departamento de Comunicación y Prensa, AMIA
Fotografías — Archivo Fotográfico del Centro de Documentación e Información sobre Judaísmo Argentino "Marc Turkow" de AMIA, Archivo General de la Nación, Daniel Caldirola (publicadas en el libro Retratos de una comunidad. Idea, producción y dirección general: Elio Kapszuk. AMIA, 2005), Sebastián Kirszner, Leonardo Kremenchuzky, Silvana Luverá, Mundo Israelita, Alicia Segal, Manrique Zago.
Bibliografía
¿Te interesa Historia?
Recibe novedades con tu Culture Weekly personalizado
¡Todo listo!
Tu primer Culture Weekly llegará esta semana.