Éxtasis de santa Teresa de Jesús

Breve recorrido por algunos detalles de la pintura

Éxtasis de santa Teresa (Siglo XVII) de Agustín García Zorro de UsecheMuseo Santa Clara

Las representaciones de experiencias místicas de santos estuvieron entre las más difundidas en la cultura visual colonial. La escena del éxtasis de santa Teresa de Jesús que vemos en esta pintura comprada a la iglesia de Nuestra Señora de Belén de Bogotá, en 1976, pertenece a este conjunto. Dicha escena es la más importante entre la iconografía teresiana.

Santa Teresa de Ávila, quien se dio a sí misma el nombre de Teresa de Jesús, fue una carmelita española del siglo XVI que enfatizó en los valores de oración y pobreza, reformó la Orden de Nuestra Señora del Carmelo y estableció varios conventos que se consolidaron bajo la orden de las Carmelitas Descalzas. Por esto se la representa vistiendo una túnica castaña, una capa blanca y un escapulario, símbolo del culto a la Virgen María y del deseo de alcanzar la salvación.

La escena del éxtasis, una de las múltiples experiencias místicas que vivió Teresa, fue narrada por ella en su Libro de la vida, texto con tinte autobiográfico. La imagen de este lienzo sigue dicha narración, en él vemos un pequeño ángel que porta en sus manos una lanza o dardo encendido en fuego divino. La punta ardiente está dirigida hacia el pecho de la santa, quien abre sus brazos y dirige su mirada hacia lo alto. El dardo que está por atravesar el corazón de Teresa simboliza el amor de Dios.

En la parte superior de la imagen, acompañada por un cúmulo de nubes y una luz dorada, se encuentra la figura de Cristo que observa a la santa. Sus brazos abiertos y su mano derecha están dispuestos en posición de bendición. Bajo él, la paloma blanca del Espíritu Santo extiende sus alas. 

La imagen de santa Teresa fue reproducida en América en múltiples ocasiones y estuvo muy presente en los espacios conventuales coloniales. La representación de esta escena tuvo especial difusión. Esto se debió a que la vida de la santa española y sus numerosos escritos morales, además de ser un referente de la mística femenina en la Colonia, se consolidaron como un modelo a seguir por parte de las mujeres que optaban por la vida religiosa.

En el antiguo templo de Santa Clara también se observa una amplia difusión de la iconografía teresiana en las piezas que hoy se conservan. Su presencia se asocia también con las primeras clarisas que habitaron el claustro: una hermana y dos sobrinas de Hernando Arias de Ugarte, fundador del convento. Estas tres mujeres profesaron inicialmente en el convento carmelitano de Santafé; más adelante, al fundarse el Real Convento de Santa Clara, mudaron de hábito.

Créditos: Historia


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Museología

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Curaduría

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María Isabel Téllez Colmenares 

 

Administración de colecciones

Paula Ximena Guzmán López 

 

Editorial

Tanit Barragán Montilla 

 

Divulgación y prensa

Andrea Valentina Bastidas Cano 

Créditos: todo el contenido multimedia
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