Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos (1932) de Frida KahloDetroit Institute of Arts
Los intereses intelectuales y artísticos de Frida Kahlo se basaban en el análisis de sus experiencias personales y la afirmación de su propia identidad. Anhelaba volver a México, donde se arraigaba su sentido de pertenencia.
En esta pintura, Kahlo se representó a sí misma en la frontera entre dos mundos.
A la derecha, vemos una versión industrializada de Estados Unidos representada por la planta River Rouge de Ford, inventos modernos y rascacielos.
Los conductos de metal representan figuras en marcha.
Las máquinas representan la vegetación. Los cables se extienden hacia las raíces de la planta que está del otro lado.
A la izquierda, la versión antigua de México está representada mediante vegetación verde, iconografía azteca y ejemplos de arte indígena.
Las esculturas y figuras de fertilidad representan las culturas antiguas y tradiciones artísticas de México: la figura de Jalisco, la figura de Colima y el cráneo de piedra totonaca.
La vegetación frondosa representa la vida.
Kahlo se alza desafiante entre los dos países, probablemente reivindicándose como un producto tanto del mundo moderno como del patrimonio antiguo.