Fotografía Enriqueta Basilo rumbo al pebetero Olímpico (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Enriqueta Basilio sería la encargada de portar el fuego olímpico y encender el pebetero del estadio de Ciudad Universitaria dando inicio a la Olimpiada de México 1968; hecho que marcaría un antes y un después en la historia de los juegos y en la lucha por la equidad de género del s. XX.
Enriqueta Basilio en nota periodística (SIGLO XX) de El Sol de MéxicoFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
México atravesaba por su propia carrera para posicionarse como un país más cercano al progreso y a la modernidad de los países llamados del “Primer Mundo", alejándose de la imagen de retraso al que era designado según los estándares que las ideologías económicas imponían en ese momento.
Negativo de fotografía Juegos Olímpicos (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Internamente el país vivía el llamado “milagro mexicano”. Sus exitosas relaciones diplomáticas lograrían posicionarlo como sede de los juegos olímpicos, convirtiéndose en la primera nación latinoamericana en ser anfitriona de países de ambos bloques.
Enriqueta Basilio en nota periodística (SIGLO XX) de ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Con ideas vanguardistas y optimización de recursos como objetivos, México sorprendería al mundo. Fueron los primeros Juegos transmitidos a color, se utilizaron métodos científicos para medir los efectos de la altitud en los atletas y se realizaron controles antidopaje por primera vez.
Imagen logotipo Juegos Olímpicos XIX (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
El diseño del logotipo y la tipografía de México 68 pasarían a la historia como uno de los más acertados. En el uso de líneas concéntricas se encuentra la fusión exitosa del arte huichol con raíces indígenas y mestizas mexicanas, con propuestas modernas del arte op.
Con el afán de integrar la representación de todos los países, se organizó, también por primera vez, una Olimpíada Cultural presentando eventos artísticos, como teatro, música, o una escultura representativa que formaría parte de un corredor nombrado: “Ruta de la Amistad”.
Ruta de la Amistad
Ruta de la Amistad
Ruta de la Amistad
Con actividades culturales de todo el mundo, México mostraría su deseo por hacer de los Juegos Olímpicos una fiesta inclusiva. No todos los países podrían competir partiendo de las mismas condiciones económicas y deportivas, pero sí podrían presentar una contribución cultural única.
Notas Olimpiada Cultural (SIGLO XX) de La PrensaFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Notas Olimpiada Cultural (SIGLO XX) de El Sol de MéxicoFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Fotografía protesta contra la guerra de Vietnam (SIGLO XX) de Archivo La PrensaFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Los cambios, las protestas, la lucha y la reflexión formaron parte de las llamadas Revoluciones Culturales de 1968. Los movimientos estudiantiles, así como las manifestaciones por los Derechos Civiles, Raciales y de Género fueron indicio de rupturas inminentes. No habría marcha atrás.
Nota periodística “Black Power” Tommie Smith y John Carlos (SIGLO XX) de El Sol de MéxicoFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Las Olimpíadas de México serían un parteaguas en la historia. Un evento de un cúmulo de “primera vez”, pero sobre todo, serán recordados por el afán conciliador y de respeto por los derechos humanos. Cómo olvidar el gesto de protesta del black power en pleno podio olímpico, por ejemplo.
Negativo de fotografía Padres de familia en apoyo a manifestación estudiantil (SIGLO XX) de Archivo La PrensaFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Tan sólo unos meses antes, la búsqueda de mejores condiciones sociales y económicas, provocaría, también en México, manifestaciones estudiantiles a las que el gobierno pondría fin a través de la fuerza del ejército, ensombreciendo la imagen que este país había estado construyendo.
Negativo de fotografía protestas (SIGLO XX) de Archivo La PrensaFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
El punto más grave del conflicto ocurrió el 2 de octubre de 1968, cuando el Ejército disolvió violentamente una protesta de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
Fotografía Consejo Nacional de Huelga de la UNAM (SIGLO XX) de Archivo La PrensaFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
La presencia de las mujeres en la vida universitaria era de bajo porcentaje, sin embargo, muchas de ellas se sumarían a las protestas estudiantiles haciendo eco a la demandas de los movimientos feministas del momento; unidas también con las madres de familia que apoyaban a sus hijos.
Enriqueta Basilio (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Éste era el país de Enriqueta Basilio, una joven de veinte años (n. 1948) campeona nacional en la categoría de ochenta metros con vallas. Cuando se publicó que Enriqueta estaría encargada de encender el Pebetero Olímpico, no faltaron voces discrepantes ante el hecho de que fuera una mujer.
Enriqueta Basilio en competencia Encuentro Atlético México-Cuba (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
La corredora, que sólo había participado internacionalmente en los Juegos Panamericanos de Winnipeg y una competencia en Cuba, recibió la propuesta de encender el Pebetero Olímpico por parte del Comité Organizador, cambiando así el esquema de que fuera un hombre encargado de esta tarea.
Enriqueta Basilio con la Antorcha Olímpica (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Encomendar el fuego olímpico a una mujer latina fue romper los paradigmas de una tradición patriarcal; Pedro Ramírez Vázquez, presidente del Comité Organizador de México 68, recordaba que Basilio fue seleccionada por ser digna representante de la figura femenina mexicana.
Enriqueta Basilio con la Antorcha Olímpica (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Los escalones hacia el pebetero fueron construidos a la medida y al ritmo de su paso; la antorcha que ella llevaría, de menor tamaño. En el momento de la ceremonia, a ella se le ocurriría usar su ropa blanca de entrenamiento, ya que los organizadores olvidaron el uniforme que tenían planeado.
Fuego Olímpico en la explanada de la Pirámide de la Luna, Teotihuacán. (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
De manera simbólica, el fuego olímpico que había viajado desde Europa siguiendo la misma ruta realizada por Cristóbal Colón y Hernán Cortés, permaneció en Teotihuacán antes de hacer el relevo final hacia el Estadio Olímpico.
Enriqueta Basilio con la Antorcha Olímpica (SIGLO XX) de El Sol de MéxicoFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
El sábado 12 de octubre Enriqueta Basilio entró al estadio Olímpico Universitario hasta llegar a la escalinata. "Al poner el pie en el primer peldaño, empecé a escalar sin ver ni escuchar nada, perdí la noción, me concentré, cerré mi mente para sólo pensar en que tenía que llegar".
Negativo de fotografía Enriqueta Basilio en el pebetero olímpico (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
A “Queta” Basilio no le explicaron cómo tenía que hacer una vez que alcanzara el último de los 92 escalones. Sin dimensionar su aportación, saludó al mundo por los puntos cardinales un acto propuesto por ella misma, nunca antes algún atleta había hecho un ritual de tal importancia.
Enriqueta Basilio en ceremonia del Comité Olímpico Mexicano (SIGLO XX) de Archivo ESTOFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Con el tiempo Enriqueta Basilio dimensionó su aporte en el corazón de las mujeres, su lucha por la equidad y su reivindicación como factor de cambio en la sociedad, convirtiéndose en un emblema en el quiebre de viejas costumbres. El 26 de octubre de 2019, falleció en la Ciudad de México.
Enriqueta Basilio (SIGLO XX) de Archivo La PrensaFototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
A dos años de su muerte, la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional (IAU), nombró un asteroide en honor a esta atleta mexicana en reconocimiento por su contribución a la figura de equidad entre hombres y mujeres, así como por su papel en la historia del deporte.
Curaduría, investigación y Textos:
Jimena Espejo Real.
Coordinación general:
Dra. Marina Vázquez Ramos.
Investigación:
Arq. Irina Escartín Arciniega.
Yolanda Ramos Ortiz.
Traducción al inglés:
Jimena Espejo Real.
Traducción al francés:
Jimena Espejo Real.
Diseño multimedia:
Yolanda Ramos Ortiz.