La consagración de Pablo Gargallo

Alice Prin fue muy popular y musa y modelo de diversos artistas, como Mace Ray. Esta célebre parisina contemporánea nunca posó para Gargallo que, sin embargo, le consagró una de sus obras más paradigmáticas, ejecutando con maestría la máscara en chapa metálica.

Gargallo hizo tres versiones de esta escultura con diferencias formales poco notables, consistiendo principalmente en ligeras modificaciones posicionales y variaciones casi gráficas en cabellos y pestañas. Su juego con la luz convierten a esta escultura en una obra maestra.

Su hija, Pierrette Gargallo, que había nacido 10 años antes, hizo de improvisado modelo para que su padre modelase los antebrazos y manos de esta figura.

Esta obra es muy representativa de los últimos desnudos de tendencia clasicista de Gargallo. Dibujó dos bocetos o estudios previos, de frente y de espalda, que luego seguiría con bastante aproximación, salvo un ligero cambio en los brazos.

Marc Chagall (1887-1985) fue un pintor ruso afincado en París y amigo de Gargallo, que le retrató con una suerte de simbolismo: simbiosis entre el pintor y Bella Rosenfeld, su esposa, representada por la figura femenina que atraviesa su cabeza.

Gargallo reune en esta obra buena parte de sus más significativos logros anteriores en lo referido a conceptos expresivos y lenguaje plástico: antiguedad clásica, figuración clasicista, modelado en negativo y el vacío total. Resume en ella la trayectoria artística de su vida.

Esta obra tiene modernidad en su planteamiento y en el lenguaje plástico de su ejecución, libre de cualquier concesión anecdótica, riguroso en lo anatómico y plenamente depurado en lo formal y expresivo. Para esta escultura, Gargallo dibujó cuatro apuntes previos.

Originariamente, tenía tres cuerdas en la lira, pero luego Gargallo decidió suprimirlas. El músico, pese la planitud de los miembros y el cuerpo, danza con una extraordinaria gracilidad y manifiesta una insuperable alegría de vivir. Destacan, en concreto, los rizos.

Para modelar los desnudos femeninos de los dos últimos años de su vida, Gargallo contó con una modelo de origen nórdico. Ello explica los rasgos anatómicos y la estructura corporal resulte menos sensual, menos mediterráneo en definitiva, que en otros desnudos anteriores.

Estamos ante la obra más emblemática del escultor que tuvo en la cabeza durante casi 30 años. En ella, Gargallo reúne y sintetiza casi todos sus logros expresivos y conceptuales en el campo de la representación de los volúmenes, el espacio y la luz.