La maldición del faraón Tutankamón

De Google Arts & Culture

Una historia de secretos antiguos y tragedia moderna - Texto de Léonie Shinn-Morris

LIFE Photo Collection

Es el año 1922 y estamos en la ciudad egipcia de Tebas. El afamado arqueólogo Howard Carter sostiene una cerilla titilante en la oscuridad. A su lado, su mecenas lord Carnarvon. Están varios metros bajo las arenas del desierto, a la entrada de la tumba de Tutankamón, el faraón niño. Un aire cálido, atrapado aquí durante miles de años, se escapa por la vieja puerta.

King Tut (1924-01-03)LIFE Photo Collection

«... cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, los detalles del interior de la habitación emergieron lentamente de las tinieblas: animales extraños, estatuas y oro, por todas partes el brillo del oro. Por un momento, que debió parecer eterno a los otros que estaban esperando, quedé aturdido por la sorpresa. Cuando Lord Carnavon preguntó ansiosamente: "¿Puede ver algo?", todo lo que pude hacer fue decir: "Sí, cosas maravillosas".».
― Howard Carter

King Tut (1922)LIFE Photo Collection

Tras años y años de búsqueda, estos hombres habían encontrado el lugar de descanso eterno del famoso rey niño: la tumba mejor conservada del Valle de los Reyes de Egipto.

Howard Carter with Tutankhamen's coffin (1922)LIFE Photo Collection

Howard Carter y lord Carnarvon se convirtieron en estrellas de la noche a la mañana, pero la alegría no duró mucho...

LIFE Photo Collection

Según la leyenda, hay una antigua maldición asociada a las momias y tumbas de los faraones egipcios: aquel que osa perturbar la paz de estos restos mortales embalsamados cae víctima de la mala suerte, las enfermedades y la muerte.

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Poco después del descubrimiento de la tumba, a lord Carnarvon lo encontraron muerto. La picadura de un mosquito en la cara se le había infectado, provocando una intoxicación en la sangre.

Pero esta no sería la única desgracia relacionada con la expedición. El hermanastro de Carnarvon murió por la misma razón; sir Archibald Douglas-Reid, por una misteriosa enfermedad, y George Jay Gould, a causa de una elevada fiebre tras su visita a Egipto. Y la lista sigue. Carter regaló a su amigo sir Bruce Ingram algunos objetos encontrados en la tumba. La casa de este último sería devorada por las llamas poco después. Tras su reconstrucción, la casa fue destruida de nuevo, esta vez por una inundación.

Granite statue of Tutankhamun as a priest of Hapy (-1350/-1350)British Museum

¿Una maldición milenaria o pura coincidencia? ¿Tú qué crees?

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