Los métodos del artista: “La espera” de Degas

Una imagen sencilla: dos mujeres sentadas en un banco en una sala sin decoración. Se trata de “La espera” de Degas.

Waiting (L'Attente) (about 1882) de Edgar DegasEl J. Paul Getty Museum

Las dos mujeres —una bailarina con tutú y otra mujer vestida de negro— comparten un banco y adoptan poses que muchos conocemos. El ángulo agudo y el punto de vista elevado brindan mayor intimidad a la escena, aunque ocultan el espacio físico que ocupan sus protagonistas. 

Como gran parte de la obra de Degas de la década de 1880, La espera incluye la representación de una bailarina. Sin embargo, a diferencia de sus otras bailarinas, capturadas en pleno movimiento, esta se encuentra sentada.

Inclinada sobre sus piernas, examina su tobillo izquierdo con una mano mientras su brazo derecho descansa, relajado, sobre su rodilla.

Vemos a esta bailarina, absorta en sus pensamientos, tras bambalinas, en un espacio relativamente privado. Al representar así a una bailarina, Degas deconstruye la aparente gracia y belleza naturales de las bailarinas de ballet, las cuales reemplaza con la realidad del esfuerzo y el cansancio.

A diferencia de la bailarina, la figura que vemos a su lado no aparece tan a menudo en la obra de Degas. Imitando a su compañera, la mujer también se inclina hacia adelante . . . 

. . . mientras sujeta apenas su paraguas entre los dedos, permitiendo que la punta se apoye en el suelo.

Las dos mujeres se encuentran muy cerca la una de la otra y, sin embargo, parecen no estar en contacto. Se encuentran absortas en sus propios pensamientos y en sus pequeños gestos.

Si bien se desconoce la fecha exacta de ejecución de La espera, lo más probable es que Degas la creara alrededor de 1882, en una época en la que gozaba de bastante éxito creando y vendiendo sus obras. ¡Incluso se desconoce el origen del título!

Degas hizo uso de distintos métodos para generar varios efectos visuales. Utilizó colores que parecen inusuales de cerca pero que cobran sentido al ver la obra de lejos.

Por ejemplo, esta raya de un color violeta azulado intenso en la cara externa del gemelo de la bailarina . . . 

. . . el rojo oscuro usado para trazar el contorno de su cabellera aquí . . .

. . . la mancha de azul brillante en el sombrero de la mujer o el toque de amarillo en su barbilla.

Aparte de su inusual y cautivador uso del color, Degas era muy selectivo con la manera en que aplicaba el pastel sobre la hoja. Algunas zonas están muy saturadas de color, como el vestido negro de la mujer . . . 

. . . y los varios tonos de azul, verde, violeta y blanco que componen el tutú de la bailarina.

Otras áreas, como la falda y el espacio que hay detrás del lazo, no están tan bien trabajadas e incluso revelan el papel que hay debajo. Es probable que esto se deba a que Degas usara el color del papel para dotar el tutú de la bailarina de mayor profundidad e intensidad y para establecer un contraste con el lazo azul. El color original del papel era rosado, aunque con los años se ha vuelto amarronado.

Esta técnica de usar el color del papel como tono medio para añadir profundidad y contraste a la obra también se hace patente en las tablas del suelo apenas trabajadas que vemos junto a los pies de la bailarina.

Degas no aplicó el pastel de forma homogénea en toda la obra. En su lugar, se valió de una variedad de técnicas para captar la textura de los atuendos de las mujeres. Aquí, difuminó el pastel con un paño, o con los dedos, para crear el aspecto suave del tutú de la bailarina.

Degas humedeció con agua los pasteles azules y verdes y los aplicó con un pincel para crear la textura cremosa de la gargantilla de la bailarina . . . 

. . . el lazo verde azulado que lleva a la cintura . . . 

. . . y los mechones marrones y ocre de su cabello.

También mojó las puntas afiladas de los pasteles en agua y dibujó directamente en la hoja para representar el borde con volantes del corpiño del tutú . . . 

. . . y los toques azules de los pliegues del paraguas.

Por último, Degas creó detalles asombrosos dibujando con pasteles secos, como se aprecia en el ribete de encaje negro de las muñecas de la mujer . . . 

. . . y en la red de finas líneas paralelas, o sombreado, que aplicó para crear una sombra en su mejilla.

Con toda su complejidad visual y artística, La espera es una imagen que posee una asombrosa resonancia emocional. Sin duda nosotros mismos hemos adoptado estas poses y hemos experimentado esa sensación humana tan básica que es la espera y que Degas supo sintetizar con tanta maestría.

Créditos: Historia

© 2020 The J. Paul Getty Trust, Los Ángeles 

La propiedad de La espera de Edgar Degas se comparte con la Norton Simon Art Foundation, Pasadena.

Para leer más sobre La espera de Edgar Degas, consulte los siguientes recursos:
El libro Edgar Degas: La espera en la Tienda del Getty
El podcast Recuerdos de Degas en Getty News & Stories

Para citar estos textos, utilice: “Los métodos del artista: La espera de Degas” publicado en línea en 2020 a través de Google Arts & Culture, J. Paul Getty Museum, Los Ángeles.  

Créditos: todo el contenido multimedia
En algunos casos, es posible que la historia destacada sea obra de un tercero independiente y no represente la visión de las instituciones que proporcionaron el contenido (citadas a continuación).
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