Un paseo ilustrado por la ciencia y la cultura de ultramar

"Quadro de Historia Natural, Civil y Geografica del Reyno del Peru" (1799). Enciclopedia mural.

De Museo Nacional de Ciencias Naturales, MNCN - CSIC

Museo Nacional de Ciencias Naturales, MNCN - CSIC

Quadro de Historia Natural, Civil y Geográfica del Reyno del Perú (1799) de José Ignacio de Lequanda y Louis ThiébautMuseo Nacional de Ciencias Naturales, MNCN - CSIC

Estamos ante una obra singular que armoniza ciencia y arte para transmitir la historia natural del Reino del Perú. La geografía, la flora y la fauna, la etnografía, los recursos económicos y la historia social son los protagonistas de este magnífico cuadro.

El autor de la obra es el vasco José Ignacio Lequanda que era un gran conocedor de la naturaleza, sociedad y cultura de Perú, donde residió durante tres décadas. Para ilustrarlo se eligió al pintor francés Luis Thiebaut.

El centro del cuadro lo ocupa un mapa de Perú con sus divisiones administrativas o intendencias representadas en diferentes colores. Llama la atención la orientación del mapa, con el Norte a la izquierda, el Sur a la derecha, el Este arriba y el Oeste abajo.

Debajo del mapa, se muestra el paisaje de la mina de plata del Cerro de la Chota o Gualgayoc, en la provincia de Cajamarca. En el texto se describe el proceso de extracción de la plata y azogue (mercurio), una historia crítica de la minería en Perú y una relación de los recursos minerales e industrias mineras.

En el capítulo dedicado a la etnografía figuran 32 retratos y descripciones de tipos humanos, la parte izquierda se dedica a las naciones civilizadas, mientras que la derecha alude a las naciones salvajes, o indios de la Amazonia.

Entre los indios de las naciones civilizadas describe a los indios de los Valles, a cuyas mujeres señala como las más trabajadoras de la sierra, mientras que de los hombres destaca que en los aspectos laborioso y mercantil se parecen a los catalanes en España.

De los mulatos, nacidos de la unión de blancos y negros, comenta que su desenvoltura le recuerda a los gitanos de España; y de las mulatas que se dedican al servicio doméstico, dice que son el archivo de los secretos de sus amos.

A los varones de los indios limeños les otorga una bella disposición para las artes y las ciencias, mientras que de las mujeres resalta su talento y agudeza, al tiempo que admira sus trajes extraordinarios.

En cuanto a las naciones salvajes, comenta que la principal ocupación de la indias Icaguate del río Napo es hacer lazos para cazar aves. Si los hombres salen a cazar o pescar deben defender la tierra. Cuando llegó el conquistador Francisco de Orellana estaban solas y lucharon ferozmente.

De los indios Boga, también del río Napo, resalta que son los navegantes más diestros de las naciones salvajes, tal vez de ahí derive el nombre de bogas.

Por el contrario, de los indios Guaque o Maguare, del río Yapurá, dice que son antropófagos, que se cuelgan los corazones de los que matan al cuello y hacen cecina de carne humana, para ellos es un manjar.

Si algo caracteriza al cuadro es su afán por describir la fauna y flora peruana, para lo que Lequanda ha seleccionado 193 animales y 148 plantas entre los más representativos del Virreinato de Perú. Les acompaña un texto donde se menciona su nombre común, la zona geográfica de la que proceden, el tipo de hábitat donde viven y otros detalles como pueden ser su utilidad como alimento, medicamento o valor comercial. Llama la atención que las imágenes no son a escala, por lo que plantas y animales no aparecen con su tamaño real.

Las aves protagonizan 88 escenas que ocupan la periferia del cuadro. Cada una aparece acompañada una planta, generalmente un arbusto. Entre las aves más curiosas está el pájaro niño, del que comenta que vive en la costa y se alimenta de peces. Se trata del pingüino de Humboldt.

Uno de los pájaros más bellos es el pequeño picaflor o quinde, cuyas plumas se utilizaban para hacer los trajes de los casamientos de las emperatrices incas.

Del pájaro de cinco colores además de su armonía se resalta su presencia en los Gabinetes de París y Madrid.

Para finalizar con las aves hemos elegido la escena en la que un guangacho se afana en comerse una culebra. Otra peculiaridad de este pájaro es que se utiliza para curar la lepra.

A ambos lados del eje central se representan 63 mamíferos acompañados de árboles. Están colocados justo debajo de los seres humanos, que serían los mamíferos más importantes. Esta interpretación concuerda con la situación que se da a los monos, en la parte más alta.

Los primates están muy bien representados en este cuadro. Llama la atención la presencia del mono dominico, que realidad se trata de un lémur rufo blanco y negro, una especie de Madagascar que no existe en Perú, y del que hay un ejemplar en el MNCN.

Para pintar el oso hormiguero, Thiebaut podría haberse inspirado en el cuadro del pintor Rafael de Mengs (1776) que se conserva en el Museo.

El quirquincho o mulita es una especie de armadillo cuya carne tiene buen sabor y a la que se atribuyen propiedades contra el asma.

Uno de los mamíferos más peculiares es el nonga, que vive en las riberas del río Huallagas. Se trata de un carnívoro nocturno muy temido por los indios, que parece ser un espíritu del bosque más que un ser real.

Los reptiles están representados por dos grandes lagartos y nueve culebras, las cuales aparecen en las dos esquinas superiores del cuadro.

Este lagarto, en realidad un caimán, Lequanda lo describe como un anfibio muy voraz. En aquella época se denominaba anfibios a los animales que vivían entre el agua y la tierra.

En el centro de la pintura están representados 24 peces que aparecen en cuatro cuadros. En el que se sitúa arriba a la izquierda aparecen desde un caballito de mar (D) hasta el temido pez manta (G).

Llama la atención la inclusión de esta vaca marina (A), a la que llaman también pez buey, junto a los peces, ya que se trata de un mamífero. En el cuadro lo describen como un anfibio de carne gustosa.

Las representaciones de animales se completan con doce invertebrados que aparecen en las dos esquinas inferiores del cuadro. En este cuadro aparecen, entre otros, un insecto de dos cabezas, una araña y un gusano.

Por último, debemos subrayar el mérito de este cuadro en la descripción de la flora peruana, no por su valor científico, sino por su empeño en mostrar la variedad de plantas que podían encontrarse en el Reino de Perú y su utilidad como alimento, como medicina, o por su madera.

Bibliografía:

Pino-Díaz, F. (coord.). 2014. El Quadro de historia del Perú (1799), un texto ilustrado del Museo Nacional de Ciencias Naturales (Madrid). Lima Fondo Editorial – UNALM. 309 pp.

Créditos: reportaje

Producción y realización de la exposición: Mª Soledad Alonso, Servicio de audiovisuales-Mediateca, MNCN-CSIC

Información contenidos: Josefina Barreiro, conservadora de la Colección de aves, MNCN-CSIC

Textos: Carmen Martínez, Servicio de audiovisuales-Mediateca, MNCN-CSIC

Agradecimientos:
Vicedirección de Colecciones y Documentación. MNCN-CSIC
Dpto. de Comunicación y Programas públicos. MNCN-CSIC

Créditos: todos los contenidos multimedia
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