Esta obra fue realizada por Van Gogh en Arles -y corresponde con las vistas desde su habitación- donde empezó a utilizar la pincelada ondulante y los intensos amarillos y azules. El cuadro está formado por una parte que corresponde a la realidad como el paisaje de los montes Les Alpilles y el ciprés, así como la situación de los astros en el cielo. Y es imaginario el pueblo formado por unas pocas casas. Cada elemento del mismo cuadro está perfectamente justificado, pero resalta la habilidad de Van Gogh, que sabe expresar sus sentimientos y es capaz de llamar la atención del espectador hacia lo que él quiere destacar. Hay muchas interpretaciones respecto a esta obra, pero, lo que sin duda sabemos, es que el pintor muestra en ella una etapa de su vida caracterizada por las discusiones con su amigo Paul Gauguin, por la violencia que presentaba contra otras personas y las alucinaciones que tenía por su locura.