Nacida en los territorios que actualmente corresponden a Irán, la cultura persa contaba con una arquitectura esplendorosa que incluía palacios, ciudadelas entre otras construcciones. En cuanto la escultura destaca el palacio de Susa decorado con relieves en piedra. En la pintura resalta la técnica al fresco y los manuscritos miniados. Los relieves decorativos también estaban presentes en los palacios, así como las pinturas. Estos relieves y pinturas representan principalmente aspectos sociales que demostraron la grandeza del Imperio y del poder del emperador.