Formado en un seno familiar que hacia 1576 lo llevó a ser miembro del gremio de los pintores venecianos, Domenico fue hijo del célebre maestro Jacopo Robusti (1518-1594), con quien trabajó en las obras del Palacio Ducal; más tarde, recibió encargos individuales de escenas heroicas, como la segunda conquista de Constantinopla y la serie de batallas de la Sala del Escrutinio (1578-1585).
En Las maravillosas obras de arte (1648), una de las fuentes históricas más importantes para el arte veneciano, Carlo Ridolfi (1594-1658) señala que a pesar de haber logrado éxito y reconocimiento por sus lienzos, la reputación de Domenico se encuentra íntimamente ligada a la del Tintoretto. La mayor parte de su trabajo son retratos, especialmente de personajes de la realeza y aristocracia.
El caballero en regia dignidad se muestra tranquilo en un elegante traje negro. Su cuello se encuentra circundado por la gola o gorguera, que tenía como finalidad rematar el armado de la ropa, además de limitar el movimiento de la cara al mantener la cabeza siempre erguida. Las expresiones del rostro y los drapeados de la vestimenta fueron trabajados con esmero. Sobre la mesa se descubre un crucifijo y una carta junto a la mano izquierda donde se inscribe «1589», fecha de ejecución de la obra.
En un principio, debido a las grandes similitudes que guarda con el estilo de su padre, el historiador de arte Bernard Berenson (1865-1959) la atribuyó al Tintoretto. Del lado derecho se observa un cortinaje de intenso rojo donde el artista experimentó la luz como un medio para definir la forma. La incorporación de mantos intensos en las obras lo aprendió de los artistas del siglo XVI, como Tiziano o Giovanni Bellini.