El libertador José Martí (1853-1895) dijo sobre Felipe Santiago: Gutiérrez pinta pronto, pinta mucho y pinta muy bien. El artista texcocano nació en el seno de una familia acomodada, en el barrio de San Pablo. La fineza en el dibujo la adquirió gracias a su formación con Miguel Mata (1814-1876) y Pelegrín Clavé (1811-1880) en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, a partir de 1836, donde incluso recibió un diploma por parte de Benito Juárez (1806-1872). Más tarde decidió estudiar por un tiempo en la Academia de San Lucas en Roma y en la de San Fernando en Madrid. Sobresalió en la pintura de género, de temas religiosos e históricos, y fue artista pionero en incursionar en la crítica de arte. Su óleo La amazona de los Andes se considera el primer desnudo completo en la historia de la pintura mexicana. Los Pliego han sido una de las familias más importantes en Toluca; fueron dueños de la Hacienda de la Pila. Existe el retrato de Teresa y de su esposo, ambos pintados en edad avanzada, y el semblante de la señora conserva su porte. Esta pintura, estudiada por el célebre investigador Justino Fernández (1904-1972), fue hecha por Gutiérrez mientras era maestro en el Instituto Literario del Estado de México. Es una obra llena de detalles: doña Teresa, ataviada a la usanza de las hacendadas, lleva un magnífico rebozo de seda y una caja de rapé en la mano; detrás de ella el lujoso cortinaje, y en su rostro sobresale el brillo de sus ojos. Advierte la historiadora de arte Esperanza Garrido: Felipe Santiago Gutiérrez dejó profunda huella en quienes lo conocieron y no deja de asombrarnos y deleitarnos en nuestros días. Hay en sus pinturas un vigor especial que nos hace sentir cerca al hombre singular que cumplió, de sobra, con la tarea que a sí mismo se impuso.