Teotihuacan

Enseguida se pusieron en movimiento, todos se pusieron en movimiento: los niñitos, los viejos, las mujercitas, las ancianas. Muy lentamente, muy despacio se fueron, allí vinieron a reunirse en Teotihuacan. […] Y toda la gente hizo allí adoratorios, al Sol y a la Luna. Los informantes de fray Bernardino de Sahagún dieron cuenta de la fundación de la ciudad donde nacieron los dioses y comenzara la era del Quinto Sol.
Aunque la urbe fue abandonada hacia el 700 d. C., su importancia trascendió el Posclásico, la era virreinal y el México independiente. Muchas son las referencias que del lugar leemos en diversas fuentes desde el siglo XVI, señala el investigador Eduardo Matos Moctezuma. Uno de los más célebres trabajos fue el de Carlos Sigüenza y Góngora. Después, Lorenzo de Boturini, Ignacio Bernal y Francisco Xavier Clavijero. Uno de los planos más antiguos de Teotihuacan fue trazado por Brantz Mayer en 1844.
En el ocaso porfiriano, aumentó el interés por el rescate y conservación de la zona arqueológica.
A las expediciones encabezadas por Gumersindo Mendoza se sumó el ilustrador y dibujante del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, José María Velasco.
Dos versiones en plein air –una para el Museo Nacional y otra para el historiador Alfredo Chavero–, fueron pintadas en marzo de 1877 y posfechadas por el artista. 70 pesos pagaron a Velasco por realizar sus obras. Esta versión en pequeño formato que conserva Museo Soumaya, la realizó el maestro para que los litógrafos pudieran trabajar y reproducir la imagen en noviembre de 1877 en la prestigiada revista Anales.
Las pirámides son el motivo del cuadro. Si bien hoy los arqueólogos debaten si fueron dedicadas al sol y a la luna, estos basamentos irregulares del Clásico mesoamericano los retrató Velasco cubiertos por árboles. El espectador no ve la llamada Calzada de los Muertos. Todo es campo y matorrales.
Las obras fueron referencia para don Leopoldo Batres, quien se convirtió en el primer inspector y conservador de Monumentos Arqueológicos de la República y a quien debemos la expropiación de los terrenos en 1907.