Uno de los talleres más representativos en Flandes fue el de Pieter Brueghel, el Joven. Heredera de la tradición gráfica de Hieronymus van Aeken Bosch, el Bosco (c 1450/1460-1516), la familia de Pieter se había dedicado a retratar la vida cotidiana, entre mercaderes y campesinos.
El personaje que representó en este óleo evoca al hombre de la copla celtibera; viste un abrigo gris, porta un Schutenhut, tipo de sombrero común entre los ansareros –pastores de gansos–, y apoya sobre su corazón un palo.