Banco de caoba fabricado para el Pabellón de Cuba de la Exposición Iberoamericana de 1929.
El mobiliario adquirido por la familia Díaz Velázquez que se localizaba en el recibidor era muy cuidado ya que funcionaba como un repartidor que comunicaba la vivienda privada y las dependencias del negocio y era donde se recibía en primer instancia a la clientela.