Boceto del Descendimiento de la cruz

En su adolescencia, Luca Giordano estudió en el taller de José de Ribera (1591-1652). Para completar su formación viajó a Roma, ciudad en la que ingresó como oficial de Pietro da Cortona (1596-1669), quien sería su mayor influencia en las composiciones abigarradas y de franco claroscurismo. Todo ello bajo la herencia lumínica del Caravaggio (1571-1610). Su Descendimiento de la cruz (c 1659), pintado en Nápoles pero hoy en los fondos del Museo de Santa Cruz de Toledo con el número de inventario 1822, es uno de los ejemplos más notables de la maestría anatómica y claroscurista del maestro. El lienzo bocetado con el mismo tema de
Museo Soumaya. Fundación Carlos Slim repite la composición del cuerpo del Salvador que ha descendido de los brazos de Nicodemo, el Confesor, al tiempo que María Magdalena, con profundo sufrimiento, besa su pie izquierdo ante la mirada doliente de la Virgen. Detrás de ella, Juan, el discípulo amado, enjuga sus lágrimas bajo un coro de ángeles volanderos que sujetan las nubes en pleno rompimiento de gloria.
La postura del Mesías es casi idéntica al lienzo español –en un serpentinato del cuerpo con el brazo derecho desplazado hacia arriba y las piernas en genuflexión conmovedora–, aunque en aquél las figuras que lo acompañan son las de José de Arimatea y otro varón. Sobre esta pieza explica la curadora Susana Cortés: En medio de una gran oscuridad, se representa el Descendimiento de la cruz […] La luz, que emerge por la izquierda, resalta la anatomía del cuerpo de Cristo, cargado también de fuertes contrastes de luces y sombras. Esta obra posee una gran influencia de Ribera, a quien estuvo atribuida durante mucho tiempo. Su autor, Luca Giordano, fue un pintor de gran capacidad creativa, que supo imitar el estilo de otros artistas, como Ribera, y en cuya producción influyeron especialmente maestros como Veronés, Rubens, Bernini y, sobre todo, Pietro da Cortona.