Tres figuras en un espacio interior, apenas esbozadas a manera de mancha inicial forman parte de la obra temprana de Marroquín antes de viajar a Holanda y establecerse allí. La forma espontánea de la disposición de las figuras dentro del espacio concuerdan con la personalidad del artista quien establece relaciones interpersonales fácilmente e invita al observador a ser parte dela escena.