Sobre un fondo neutro, en esta acuarela están representados una tapada y un escribano, quizás al interior de una oficina, a juzgar por la lámpara sobre la mesa. La tapada era un personaje característico de la sociedad limeña de fines de la Colonia e inicios de la República. Su vestimenta se caracterizaba por el uso del chal o manto, y de la saya, una amplia falda. Este tipo de vestimenta fue asumido por las limeñas como un medio para mantener su anonimato y permitirse ciertas libertades.
Pancho Fierro produjo una gran cantidad de acuarelas que fueron adquiridas generalmente por viajeros extranjeros que pasaban por Lima, aunque también por ciudadanos que se interesaban por tener un registro de su entorno local. Por todo ello, los personajes representados en estas acuarelas se convirtieron en íconos del país.