Cumbres de Maltrata

Entre las obras de José María Velasco en la colección de Fundación Carlos Slim destacan las exploraciones en Teotihuacan, vistas de Ahuehuetes de Chapultepec, Vuelta al río, Lomas de Becerra y Camino del Molino del Rey.
En pleno Porfirismo, con el espíritu viajero del artista, Veracruz representó una fuente de inspiración. Ya en 1874 había plasmado la caída de agua en su lienzo Cascada de Barrio Nuevo. Para el año siguiente en Cumbres de Maltrata, resume las lecciones aprendidas, y será cátedra para futuras generaciones. Perspectiva, geometría, linealidad, luces y sombras. Cada plano es una atmósfera acabada. Los fragmentos, al fundirse en la pupila, terminan la construcción del paisaje.
Desde Boca del Monte hasta Ciudad Mendoza, los paisajistas del XIX aprecian en lontananza, una de las obras más complejas de la modernidad: un ferrocarril a toda marcha surca el lienzo con su estela de vapor triunfante. 40 kilómetros de ingeniería a una altura de mil 178 metros a cargo de los hermanos Escandón. La construcción de la vía Veracruz-México se concluyó a fines de 1872, aunque fue inaugurada hasta el 1 de enero de 1873, por Sebastián Lerdo de Tejada y el gobernador Francisco Hernández. El tren en el óleo de Velasco comunica Veracruz, Tejería, La Soledad, Camarón, La Purga, Paso del Macho, Córdoba, Orizaba y Maltrata.
El sol de la mañana ilumina cada plano de la escena y el Pico de Orizaba corona el horizonte. El formato da lugar al preciosismo con la mirada detallada, cuasi obsesiva del maestro, quien empleaba la lupa para def inir el dibujo. La obra de Velasco –diría Diego Rivera– es más grande que un mural y una pirámide, es un poema del color con estrofas que son montañas.