La Guerra Civil Española, hecho que indudablemente marcó un antes y un después en la historia contemporánea internacional, representa uno de los procesos clave del período entre las dos guerras mundiales y anuncia el desmoronamiento de la razón occidental que se produciría a lo largo de la Segunda Guerra. Estas experiencias límite ponen en cuestión cualquier certeza y son el detonante de un nuevo programa estético para muchos artistas, entre ellos Raquel Forner. La etapa heroica de la modernidad y su proyecto de progresos indefinidos había llegado a su fin. Se avecinaban tiempos de melancolía, de presagios agoreros y de una sensación de profundo desconcierto frente al devenir cotidiano. Con estos ojos unas veces perplejos, otras desesperanzados y luchadores a la vez, mujeres como Virgina Woolf, Raquel Forner, María Izquierdo (mexicana) o Maruja Mallo (española), entre otros artistas e intelectuales de la escena internacional o sencillamente ciudadanos, contemplaban la realidad y ensayaban distinto tipo de intervenciones. Inserta en esta trama, Forner se identificó con las luchas que encarnó la internacional antifascista y dio un nuevo rumbo a su obra construyendo una iconografía poderosamente expresiva. Instaló su práctica persiguiendo un modo de representación singular en la tensión entre los realismos y lo surreal. "Tinieblas" se presenta como un ensayo visual en donde la artista retomó la construcción de confusos paisajes ensombrecidos con la densidad atmosférica posterior a una explosión, en los que la tierra, los árboles, los vestigios de arquitectura y de seres humanos, así como las cuatro mujeres que protagonizan la escena, son los que dan paso a este panorama del horror: una síntesis densa entre los paisajes exteriores de la devastación y los interiores de la desolación, la desesperanza y el desconcierto frente a un mundo enajenado.
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