Auto Acordado de la Chancillería de Granada, por el que se ordena que se entregue a Juan Pérez de Ayala, chanciller, el sello de acero para sellar los privilegios y ejecutorias de hidalguía, que había sido enviado desde Madrid.
Con la subida al trono de un nuevo monarca, los sellos del anterior debían ser destruídos. Los nuevos sellos enviados desde Madrid hacían su entrada en Granada rodeados de una gran ceremonia simbólica, pues representaban la presencia del rey impartiendo justicia en su Audiencia. Una vez recibidos se colocaban con gran seguridad en la llamada «casa del sello» dentro del palacio de la Chancillería. Real Audiencia y Chancillería de Granada.