Este proyecto remite a lo fantasmal, al cuerpo ausente y fragmentado. La superficie del velo, al mismo tiempo textil y piel, es móvil. Oculta y revela simultáneamente, poniendo en jaque el concepto de identidad y produciendo una tensión entre el adentro y el afuera. Velos que se deslizan dejando ver otra piel, en un juego infinito de revelaciones. La pantalla es otro velo, discurso poético ligado al concepto de la obra ya que aparece lo espectral de los dispositivos digitales, que siempre están ahí como una ausencia-presencia. Mediante los movimientos de la cámara se enfatiza la disolución de la frontera. La superposición de capas, opaca y revela, exponiendo el cuerpo fragmentariamente . Incluye estas capas de sentido, provenientes del campo digital. "Capas" también presentes en la escultura 3D que cuelga frente a las pantallas. El develar es un movimiento del velo, lugar del acontecer sin rostro ni género, que produce una imagen inquietante que devela el secreto de la obra.