Tambor hiperboloide de pequeño tamaño con caja de resonancia acampanada en la parte superior, donde se alojaría una membrana; borde entrante y cuerpo cóncavo. La base, a modo de pie alto, es cilíndrica y algo más ancha en la parte inferior, adelgazándose conforme asciende.
Está elaborado con pasta calcárea de tonalidad blanquecina y fino desgrasante con inclusiones de caliche y vacuolas, en cocción oxidante. Morfológicamente estas piezas cerámicas están conformadas con el mismo tipo de pasta que se utiliza para la cerámica de mesa saraqusti.
Presenta un desconchado por caliche y huella de pajita desaparecida en la pared exterior. Esta pieza se conserva completa.
Dado su tamaño, cabe pensar que pudiese estar pensado como un juguete.
La ausencia de añadidos cerámicos o marcas para facilitar la tensión del parche con cuerdas indicaría que la piel estaría encolada a la caja de resonancia.
La darbuka es un término general para entender un tipo de tambor de copa y parche simple hecho de cerámica, madera o metal, y, hoy en día, de fibra de vidrio. Es un instrumento muy común tanto en áreas rurales como para las prácticas musicales urbanas en todo el mundo árabe y el oriente Medio islámico. La técnica de ejecución más usual es debajo del brazo o sobre las piernas.
Según las investigaciones de Aránzazu Mendívil, esta pieza tiene paralelos en Zaragoza, en Paseo de la Independencia y C/ San Pablo; en Madrid, C/ Ang. de los Mancebos; en Lérida, Valencia y Córdoba. También en Túnez.