El descendimiento de la Cruz

Nombrado así por la villa en la región de Emilia donde nació, el Correggio mostró en su pintura los ecos de Andrea Mantegna y Leonardo da Vinci, a través de un sfumato ligero y de los gestos carismáticos en sus personajes.
Giorgio Vasari, el artista-biógrafo del Renacimiento, afirmó que el Correggio nunca visitó Roma pero tuvo acceso a la obra de los grandes maestros realizada a lo largo y ancho de la Península Itálica.
Característica fundamental de sus figuras, al decir de Vasari, es la elegancia racional con la que son presentadas en la composición. Lo confirman la Asunción de la Virgen en la catedral de Parma o El Descendimiento de la Cruz, pequeña tinta que expone anatomías trabajadas con rigor para retratar el instante en que Nicodemo y Juan colocan el cuerpo yacente de Cristo sobre la piedra de la unción, misma con la que se cerrará el Santo Sepulcro. La elegante postura del cuerpo, resuelta a manera de grupo escultórico, enfatiza un pasaje de innegable dramatismo.
Este singular trabajo de Allegri recuerda el tema que Mantegna eligió para uno de sus óleos más conocidos, sito en la Pinacoteca de Brera en Milán, o el realizado por el Caravaggio y que hoy se conserva en las colecciones del Vaticano.