En los talleres de Adan van Noort y Otto van Veen, Rubens encontró la libertad técnica y expresiva para llegar a ser uno de los más grandes artistas de su tiempo. Para 1600 abrió su taller en Amberes y, tres años después, llegó a la corte española de Felipe III y su valido el duque de Lerma. La relación con aquella monarquía sería larga y fecunda.
En una carta de mayo de 1611, el pintor afirmaba: Mi estudio está de tal modo atestado de discípulos que he tenido que rechazar a más de cien nuevos aspirantes. Entre sus seguidores más distinguidos se encontraban Jacob Jordaens (1593-1678) y Anton van Dyck (1599-1641), quien participó en la ejecución de numerosos retratos y temas bíblicos al lado del maestro. De aquella época proviene Estudio de un viejo en los fondos de Museo Soumaya.Fundación Carlos Slim.
Cercano en tratamiento y claroscurismo a Cabeza de un hombre barbado –también en el acervo mexicano–, los cabellos y barbas del anciano se desdibujan entre los ocres luminosos característicos del autor, al tiempo que su modo expectante se evidencia en las líneas de la frente, ojos y boca, resultado de un esmeradísimo trabajo del taller de Rubens, acaso con la intervención del joven Van Dyck.
Para el investigador emérito Alfonso Pérez Sánchez: En sus últimos decenios de vida padecía ataques intermitentes de gota en las manos, por lo que los encargos eran confiados a las manos de discípulos y colaboradores.
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