La tradición de la utilización de colgantes como amuleto se remonta a la antigüedad. Las corrientes del renacimiento solían fusionar la tradición cristiana con los mitos antiguos y paganos. De este modo no es de extrañar que, según la leyenda, Carlos V se sirviese de esta pieza como elemento protector. El exvoto de Carlos V es considerado una pieza relevante de la orfebrería de su tiempo, tanto por los materiales utilizados como por el preciosismo en la técnica.