Abanico con escena "UN RÊVE" ("Un sueño")

Abanico plegable de gran vuelo. Varillaje (13+2) de nácar con decoración calada en losange con incrustaciones de esferas doradas. País a doble cara de cabritilla pintado al gouache. Remachado con clavillo metálico dorado. El anverso del país, de papel, está decorado con un medallón central, titulado "Un rêve", una escena de boda con los novios sentados sobre un estrado, acompañados por un amorcillo, junto al oficiante y frente a los músicos. Tras ellos, los invitados que asisten al acontecimiento. A los lados de la escena principal, en reservas, dos medallones con amorcillos en grisalla, rodeados por marcos rematados en mascarones y motivos vegetales, frutales y de pájaros. El reverso del país, de vitela, presenta un medallón central con forma oval donde aparece, en su interior, la representación de Venus en un jardín, a través de una figura femenina recostada en un diván acompañada de Cupido que sostiene el arco entre sus manos. A los lados de esta escena, dos medallones con las representaciones de dos bustos, uno masculino y otro femenino, que cuelgan de la orla floral que rodea todo el reverso del país.
Este abanico es una pieza de una calidad excepcional, realizada por encargo para un acto extraordinario como es "una boda". Tiene el valor añadido de contar con las firmas tanto del autor de las composiciones pictóricas del país, como del fabricante. Todo ello convierte a este abanico en una obra de arte única, regalo de compromiso, como era costumbre en el siglo XIX.
El anverso del país representa una escena histórica, con todo lujo de detalles, traspasada al periodo renacentista, como es la celebración del Matrimonio, resaltando la indumentaria de los personajes y la vajilla e instrumentos musicales representados.
El abanico de boda tiene su origen en la Europa del siglo XVIII. Entonces era tradición que los miembros de la realeza o nobleza que iban a contraer matrimonio obsequiaran a la novia con un abanico. Esta costumbre se mantuvo durante todo el siglo XIX, extendiéndose a otras clases sociales, principalmente la burguesía. Estos abanicos se convertirán en complemento indispensable del traje nupcial. Los motivos decorativos eran los alusivos a este momento, representando, entre otras, escenas amorosas y simbólicas relativas al Matrimonio. También fue corriente retratar a los contrayentes, como puede tratarse en esta ocasión en los medallones del reverso del país.