Azulejo plano pintado que representa una cruz sobre el Calvario, decorada con lacería formando estrellas de a nueve en el monte y de a doce en el cruce de los brazos. A ambos lados dos estrellas de ocho puntas y debajo las iniciales de Jesús (IHS), bajo un yugo, y María (M), bajo una corona. La pieza esmaltada en blanco de estaño se decora con ocre, azul cobalto, verde tinta y amarillo dorado, además del negro del dibujo.
Entre las pinturas religiosas destacan los cuadros devocionales, sobre todo para uso exterior, puesto que el soporte cerámico se presenta como una solución especialmente adecuada para ello. Estas imágenes convertían las ciudades barrocas en inmensos espacios urbanos sacralizados.