Esta pintura al óleo surge de varios paseos por los campos de mi ciudad, paseos por la Mejana y las huertas que rodean Tudela.
Normalmente suelo hacer pequeños bocetos del natural, pequeños apuntes a lapiz o carbón sobre flores o paisajes que encuentro en el camino. Este es el material con el que cuento en el taller para llevar a cabo las pinturas como esta que debido a su formato son mas una recreación, un trabajo de improvisación que de mera copia del natural. Pues bien, con este material y en el estudio suelo llevar a cabo este tipo de pinturas. Esta en concreto auna el ánimo vital con la observación también pletórica de las formas de la naturaleza. Así que podriamos decir que esta pintura reune dentro de sí estos dos aspectos, el animico (sentimiento espiritual de beatitud) con el formal. Plásticamente las formas y los colores son un canto, una declaración de principios sobre los mejores momentos de vitalidad exultante. Podriamos decir que es un poema visual, un canto a la alegría de vivir.
Juan Antonio Belzunegui Martínez