Cartón con plumines, de la marca "Joseph Gillott & Sons", para escritura ornamental. Lámina de cartón rectangular, con una fila central horadada con 12 ranuras verticales, a modo de lengüetas, para insertar los plumines y que quedaran sujetos.
El cartón es el soporte para uso comercial de 12 plumines variados para escritura con plumilla y tinta; en azul y blanco lleva impresa información acerca de la marca, del producto y de las medidas de los plumines. Se conservan 10 de los 12 plumines que contenía.
La plumilla es un instrumento de escritura compuesto por un mango y un plumín metálico que funciona como punta, extraíble e intercambiable. El plumín se inserta en el mango a través de una ranura, y se introducía en el tintero donde se mojaba para impregnarse de tinta, y a continuación se desliza sobre el papel para realizar los trazos, escribir o dibujar.
Las plumillas eran un objeto de escritorio imprescindible en la escuela hasta la introducción del bolígrafo (hacia 1940-50), estando vinculados a los tinteros que podían ser exentos o de pupitre.
El plumín es una lámina de metal con una forma determinada que funciona como punta. Está diseñada para distribuir la tinta de forma más o menos uniforme sobre la superficie a escribir, mediante una ranura central que separa el plumín en dos gavilanes o lados. Puede ser funcional o estar muy ornamentado. Los plumines eran intercambiables porque se deterioraban con más frecuencia por el uso que los manguillos, y se solían vender en cajas de 100 unidades o en láminas de cartulina como esta pieza. Además, podían intercambiarse por plumines de diferentes tipos, diseñados para realizar trazos más finos o gruesos o para líneas específicas, según su finalidad: escritura, dibujo artístico, dibujo lineal... los dibujantes de cómic o ilustradores utilizan diferentes tipos de plumines más especializados.