Las reliquias se pueden clasificar en la que llamamos directas, que son los restos orgánicos del personaje santo, incluyendo a veces uñas y cabellos. Otras veces se colocan fragmentos de los hábitos, escapularios, sandalias, pañuelos y otras cosas que con el uso tocaron con frecuencia el cuerpo de los santos, y por lo tanto se impregnaron de ellos, diríamos que son reliquias directas secundarias. Otro tipo son los objetos que fueron tocados a los restos del santo, por ejemplo tela con que se limpiaron los huesos al ser exhumados o que se colocó sobre los restos originales, transmitiendo los efectos santos al lienzo. Se consideran también reliquias, aunque de efectos no directos sino simbólicos los objetos que provienen de algún lugar considerado santo; ejemplo de ellos son la piedra de la cárcel de Mamertina, donde estuvo prisionero san Pedro o una hoja del Huerto de los Olivos y la tierra de Jerusalén.
Dentro de la colección de Museo Soumaya destacan los relicarios de carey, arte en que se afanaron los especialistas de Filipinas, China y la India. El fino carapacho de tortuga oriental se prestó con notoriedad para tallar preciosidades, como es el caso de este relicario que simula una enredadera de espinos con diminutas perlas; remata con una cruz de plata. Muestra una miniatura de excelente pincel, de la Sagrada familia en el descanso durante la huida a Egipto; la parte posterior está rodeada por las reliquias de san Aurelio –obispo de Armenia– y los santos mártires romanos Marcelino –abogado para liberar a presos– y Pedro, venerados actualmente en Seligenstadt, de especial devoción por el emperador Constantino.
Inscripciones: «S. Celiae m/ S. Secundn/ S. Zosnnim / S. Onintia/ S. Marcelli/ S. Reparat/ S. Primi m/ S. Sistip m/ S. Onini m/ S. Aurieli [ilegible] m [santa Cecilia mártir/ san Secundino/ san Zósimo/ san Onofre/ san Marcelo/ san Reparto/ san Primitivo mártir/ san Aurelio mártir]», en el reverso