A partir del diseño ancestral que llaman en la cultura wichí “oreja de mulita” (fwokatchaj kiotey), una
abstracción de un fragmento de un viviente del monte como todas las formas del lenguaje textil de
este pueblo. Claudia expone una composición realizada con un punto antiguo de enlazado que juega
con un ritmo imaginario y se mezcla con sus herencias y con sus sentimientos admirando la vibración
de la luz natural, el resplandor del sol.