Don José E. Iturriaga relató: Les voy a contar una anécdota poco conocida del que firmaba como Yo indio de este pueblo: Bustos se sostuvo primero como nevero y se proveía del hielo acumulado en las pencas de los magueyes durante el invierno, la que enterraba en un pozo cubierto de paja y la vendía con limón en el verano. En palabras de Octavio Paz, [Bustos] no deja de maravillarme, era curandero, hortelano, prestamista, músico, hojalatero, maestro de obras, carpintero, escultor, pintor…
José Hermenegildo de la Luz Bustos ha llamado la atención de investigadores, críticos y público. Un calendario encontrado por el escritor y diplomático Francisco Orozco Muñoz despertó el interés en el autor. Fue Diego Rivera uno de los primeros artistas en notar la fuerza de sus obras que dio lugar a que fuera incluida en exhibiciones de arte mexicano en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (1940) y en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad México (1951). Del mismo modo, en aquel primer capítulo del naciente Museo Nacional de Arte (1982), su director Jorge Alberto Manrique incorporó a Bustos en sus salas permanentes. Miriam Kaiser recuerda de manera especial Retrato del niño Aranda (1887).
Cronista visual, conocemos a través de sus retratos a los sencillos vecinos de Purísima del Rincón, hoy de Bustos. Mayoritariamente mestizos de clase baja, señaló Justino Fernández. Las láminas de cobre o zinc eran vendidas a seis u ocho pesos.
Retratos directos, francos […] en una técnica depurada, naturalista, con algunos fallos anatómicos, refirió Raquel Tibol.
En su ensayo Descubrimiento de un pintor americano, Walter Pach analogó la intensidad expresiva de Bustos con los retratos egipcios de Fayum en los primeros cinco siglos de nuestra era.
Ocho óleos de Bustos coronan la pinacoteca de Museo Soumaya. El más temprano forma parte de sus retratos de sacerdotes (1854).
De Juan Nepomuceno Gutiérrez Valdivia, hay tres retratos. Uno forma parte del acervo del Instituto Nacional de Bellas Artes. Los otros dos se encuentran en la colección de Museo Soumaya.
En uno de los lienzos, aunque no tiene el detalle de Secundino Gutiérrez (1864), el personaje sostiene una moneda de oro. No se distingue el tipo de acuñación pero podría tratarse de ocho escudos u onza de manita de la República (1862). Sobre el talante del retratado, el investigador Jesús Rodríguez Fraustro sostuvo: […] Nos cuentan sus descendientes que fue muy rico y como no tenía ocupaciones precisas, se distraía poniendo sobrenombres y provocando situaciones difíciles y chuscas a sus semejantes.
Completa la familia, los retratos de Concepción Valdivia y Doña Francisca Valdivia de Chávez. Los tres óleos fueron propiedad de la familia Aranda.
La fuerte carga psicológica de los habitantes de Purísima del Rincón hacen de Hermenegildo un creador de la vera icon, verdadera imagen de tintes liberales de un pueblo alfarero y textilero, que fabricaba sombreros de lana y de palma y cuya fama hoy es patrimonio nacional.