Dentro de la colección de Museo Soumaya se encuentran representados los periodos más importantes de la producción de la Real Fábrica de Cristal de San Ildefonso de La Granja. La historia de La Granja tiene varias etapas. El centro febril es fundado en 1727 por decreto borbónico de Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio. Durante la primera mitad del siglo XVI, La Granja se constituye como fábrica de vidrios planos a cargo de Ventura Sit y Carlos Sac, dos expertos catalanes que habían ejercido su difícil oficio en la factoría de Nuevo Baztán. Rápidamente se generó una alta demanda de cristalería.
A la llegada de los maestros franceses se adopta el estilo Rococó en el grabado de espejos. Para 1750 los técnicos alemanes introdujeron en La Granja la composición del cristal de Bohemia y gracias al minio (rojo de plomo, rojo Saturno y rojo de París) se obtenía dureza y transparencia sin la necesidad de óxidos. La difícil situación política y económica española hizo que las ventas cayeran, hasta que en 1833 la fábrica pasó a ser propiedad privada.
La posesión de estos objetos fue símbolo de estatus para la sociedad española, así como para los virreinatos de ultramar. La Granja era considerada la mejor productora de cristal, preferido en la decoración de los nuevos palacios reales y las casas de las familias opulentas de Nueva España.
Este delicado juego de té pertenece a la peculiar variación de vidrio de leche, que por los silicios lograba un color blanquecino.
Debido a los roleos y a la flor en forma de aspa, las decoraciones en oro al fuego son de clara influencia francesa, que caracterizó el gusto de la familia Borbón.
La miniatura consta de tetera, lechera, azucarera, candelero, bombonera para colocar las pastas y cuatro juegos de taza con plato. La disposición de las tazas sobre la mesa, en forma semicircular, corresponde a la tradición inglesa del siglo XVIII.