“Cuando llegamos a la Plaza nos dimos cuenta que le faltaba color y vida. Esa era una tarea para nuestro equipo. En donde caía el agua, surgió el tema de la cascada a la cual le agregamos los peces para darle vida y movimiento. Al ser una plaza con poca vegetación y con mucho cemento, podíamos jugar con una gran paleta de colores, y elegimos los tierra y colorados para que haga contraste con el ya verde de las paredes.
Las piletas de la plaza hoy tienen más de 2.000 azulejos de colores. Un equipo de más de 20 mosaiquistas que colocaron mosaico por mosaico. Fue muy lindo ver los resultados, ahora la plaza se ve y se siente diferente “ Mariela Gatto.
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