La pintura, considerada por Paluchini y Rossi obra temprana del Tintoretto, muestra una decidida influencia de Lo Schiavone, quien trabajó en su juventud en la decoración de paneles para arcones matrimoniales de madera. En esta obra son de admirar muchas de las características que definirán su estilo posterior, como el dibujo audaz y los vivos contrastes de luz y sombra que predominan sobre la intención colorista. El drama de la solución compositiva en distintos planos: en el sueño de los discípulos, la agonía de Cristo con el ángel, quien le ofrece el cáliz desde el cielo, y la entrada de Judas con los soldados que se acercan para aprehender al Señor, tiene eco en paños y nubes llenos de movimiento, rasgo que conducirá más adelante los pasos de artistas como el Greco. Del Tintoretto es distintivo, y lo podemos apreciar en esta pieza, una pincelada áspera que fuera objeto de censura en su tiempo y que ahora valoramos como medio para dar énfasis al drama y al momento de perplejidad. En este episodio bíblico, en el que Jesús se aparta a orar al Monte de los Olivos mientras sus discípulos Pedro, Juan y Santiago duermen, es cuando con dolor profundo ora: Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz.
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