La piel de las culebras negra como las nubes forma parte de una serie de piezas orientadas al vínculo entre lo natural y lo sintético en el terreno de las fantasías sexuales. Desarrolla la idea de caricias artificiales por medio de piezas textiles que emulan formas corporales humanas, en contraposición a piezas que, por oposición formal y lumínica, potencian las características visuales y conceptuales de las formas textiles acharoladas. El diálogo entre lo blando y lo duro, lo mullido y lo rígido, lo oscuro y lo claro, el interior y el exterior, son conceptos que se presentan con la intención de despertar sensaciones y proponer fantasías.