Uno de los más avezados e interesantes vedutistas fue sin duda Francesco Zanin. Sabemos muy poco de su carrera en comparación con el gran número de vistas que registraron sus pinceles.
En 1855 se graduó cuando dos de sus escenas en el interior de la Basílica de San Marcos se incluyeron en la Exposición Anual de Obras Avaladas por la Academia de Bellas Artes de Venecia. Admirador del Canaletto (1697-1768), copió su estilo con gran destreza; era tan bueno que incluso especialistas llegaron a confundir sus obras con las de Zanin y viceversa. Para no engañar a sus compradores, el maestro siempre firmaba en rojo.
Este extraordinario lienzo describe la tradicional salida del Bucintoro o galera oficial del duque, el día de la Ascensión, para celebrar la fiesta de unión de Venecia con el mar. Así, zarpa la emblemática embarcación de San Marcos hacia la isla de San Nicolò al Lido.
Esta masificación colorida sirve para presumir un estilo magistral, apunta el investigador Fabrizio Magani, quien ha atraído de vuelta la atención a Francesco Zanin con su libro publicado en 2008 en Milán, bajo el acertadísimo título Un «Canaletto» del ochocientos.
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