Las formas de Andrea del Sarto tienen un canon estilizado propio del Manierismo, como última etapa del Renacimiento. En esta tabla del maestro florentino las difíciles posturas son un alarde de buen dibujo. El atractivo juego de miradas construye la parte intimista de la obra. San Juanito presenta a María como la Madre del Salvador; la Virgen, en un gesto de humilde aceptación, muestra a su Hijo. Finalmente, Jesús, en un bien logrado escorzo, hace a la madre copartícipe de la redención.
Como afirma el investigador John Serman, esta tabla temprana comparte ciertos rasgos con El sacrificio de Isaac que resguarda actualmente el Museo de Arte de Cleveland, en los Estados Unidos. Con influencias de Leonardo da Vinci (1452-1519) y Raffaello Sanzio (1483-1520), el estilo de Andrea del Sarto fue retomado por el Rosso Fiorentino (1494-1541) y Jacopo Pontormo (1494-1557), dos de sus más destacados discípulos. Por esto el estudioso Carlos Sansores prefiere situar la obra en la última etapa del maestro.
A pesar de haberse formado en Florencia, el estilo del artista tiende más a rasgos venecianos que florentinos; sin embargo, aquí la cromática y el fondo medio, de paisajes irregulares, se acercan en mayor medida a la ciudad norteña de la Península Itálica.