Máscaras como esta fueron colocadas en las tumbas de gobernantes junto a otros cientos de bienes funerarios, cuyo objetivo era resaltar el estatus del difunto.
Algunos investigadores consideran que el personaje representado en la máscara es Naylamp, el mítico fundador de la cultura Lambayeque. Es probable que, al morir, el difunto quisiera ser identificado como parte del linaje real de Naylamp con el objetivo de conservar su posición social, incluso después de la muerte.