Aunque en el siglo XVI los conquistadores ya venían acompañados por herreros y cerrajeros, las ordenanzas de estos oficios indican que la mayoría de los que pertenecían al gremio eran miembros de las castas novohispanas. Los oficiales eran adiestrados por tres o cuatro años. Las regiones más sobresalientes fueron Oaxaca, Puebla, la Ciudad de México, Guadalajara, Zacatecas y Guanajuato.
El hierro para marcar a fuego es un instrumento que, a manera de sello, se estampaba en el canto de los libros e indicaba su propietario, ya fuera una persona o una orden religiosa.