Enrique Polanco fue discípulo de Víctor Humareda, cuya técnica y temática influyen en él a partir de la década del 70.
Polanco se considera un pintor expresionista figurativo, de allí los intensos colores, el uso de empastes o pinceladas espesas y el dibujo sinuoso. El tema social es el que predomina en sus obras.
En Migrante, el artista ha retratado a una familia en su conjunto. Algunos de sus integrantes van vestidos con indumentarias de la zona rural andina, mientras que otros llevan vestidos y trajes propios del entorno urbano capitalino. Este contraste notorio en la misma familia se acentúa con los paisajes que sirven de fondo a la composición: uno cálido, lleno de vida; el otro gris y apagado. El cuadro nos habla de una situación compleja y cotidiana que se ha dado por distintas circunstancias en nuestra historia republicana.