Desde que en 1873 un consorcio británico comprara las minas al Estado, se comienza la explotación moderna e intensiva de las mismas especialmente para la explotación de piritas (cobre, hierro y azufre). Se impusieron 2 sistemas de explotación: subterráneas y a cielo abierto, transportando el material por medio de vagonetas desplazadas sobre carrileras.